La guerra de independencia en nuestro país, hizo concurrir a grupos muy importantes de la población colonial, como lo son grupos de indios, mestizos y de castas, en muchas ocasiones dirigidos por criollos intelectuales de ideas avanzadas. La independencia en nuestra patria se fue gestando lentamente durante tres siglos de dominación hispánica, hasta crear las condiciones que la hicieron posible.
Los tres siglos de dominación colonial gestaron en una sociedad nueva, distinta a la de las civilizaciones mesoamericanas y más aún a la española de la península. Los grupos indígenas mantuvieron su identidad a través de sus tradiciones y formas de vida, que conservaron en su mayoría, y para ello no existía más patria que la Nueva España, pues correspondía a las tierras en que habían vivido sus antepasados.
Los mestizos, tanto por su raíz indígena como por el hecho de haber nacido en estas tierras, desarrollaron un fuerte sentimiento de vinculación a todo lo que fuera la Nueva España. Los criollos, hijos de españoles nacidos en México, eran el sector más interesado en fomentar un sentimiento nacionalista y aun muchos de los españoles radicados en nuestra tierra se identificaban con la colonia, ya que en ella disfrutaban grandes ventajas, podían acumular riquezas, poseer grandes extensiones de tierra y ocupar cargos públicos y aunque ambicionaban regresar a España, sabían que ahí perderían todos los privilegios mencionados y serían despreciados con el calificativo de ¨indianos¨.
Por todas las razones anteriormente mencionadas, se podría afirmar que para la segunda mitad del siglo XVIII, todos los sectores sociales; indígenas, mestizos, castas y criollos tenían sentimientos en común que los identificaba como novohispanos. Quizá por ello, pensaban en la necesidad de liberar estas tierras, para promover el desarrollo económico, político y social que tanto anhelaban.
En Nueva España los criollos representaron un sector minoritario de la sociedad, sin embargo, posiblemente el grupo más importante desde el punto de vista político, pues disponían de muchas ventajas frente a los sectores numerosos pero desvalidos de la población colonial: mestizos, castas e indios. Los criollos fueron, de hecho, el único sector que tuvo acceso a la educación, pues si bien es cierto que en un principio se crearon escuelas para los indios, a partir de la segunda mitad del siglo XVII, se les abandonó por completo, por ello, durante el siglo XVIII, los criollos recibían el beneficio de la educación.
Los criollos consideraban que por el hecho de haber nacido en Nueva España, y por estar en mayor contacto con el resto de la población, debían ser ellos quienes gobernaran la colonia en lugar de los peninsulares.
Para la época final de la vida colonial, los criollos se habían convertido en el grupo dirigente de la sociedad, destacaban los valores de la población y las riquezas del país, todo ello encaminado a desarrollar un sentimiento nacionalista el cual constituyo una de las grandes motivaciones para lanzarse más tarde a la lucha por la independencia. E l sentimiento de nacionalismo criollo, que se identificó como un concepto de patria, estuvo presente en todos los que organizaron las conspiraciones y que se lanzaron a la lucha por la independencia. Hidalgo, Allende, Abasolo, Michelena y otros más en México; Bolívar, San Martín, Sucre y Miranda en las colonias del sur del continente.
Tiempo después de que llegaran los españoles a nuestro país su tarea evangelizadora comenzó aunque tuvieron que enfrentarse a serias dificultades para logra que los indios abandonaran la idolatría, aunque poco apoco lo fueron consiguiendo.
Entre 1530 y 1540 surgió en Nueva España el culto de la Virgen de Guadalupe, cuyo santuario se ubicó en la localidad del Tepeyac, a partir de entonces la población indígena se fue identificando más con ella y cuando Pedro Arrieta construyó la basílica entre los años de 1695 y 1709, se fortaleció ese sentimiento que hizo extensivo a todos los sectores restantes de la sociedad colonial.
El fervor patrio que representaba la Virgen de Guadalupe se fortaleció cuando, en los inicios de la guerra de independencia , Don Miguel Hidalgo y Costilla tomó como estandarte una imagen de ella, y a partir de ese momento fue declarada patrona de la lucha libertaria. Su sentido de mexicanidad se vigorizó aún más, cuando las tropas realistas tomaron la Virgen de los Remedios como patrona de su causa; así la situación quedaba bien definida, pues mientras la Virgen de los Remedios era considerada protectora de los españoles, la Virgen de Guadalupe sería desde ese instante el símbolo de las tropas nacionales.
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